Han recorrido un largo camino, muchachas

Por primera vez en la historia tres mujeres disputan conducir el destino de los argentinos. Qué las une, qué las separa.

Por: María Seoane

LAS CANDIDATAS. CRISTINA KIRCHNER (FPV), ELISA CARRIO (CC) Y VILMA RIPOLL (MST) INAUGURAN UN NUEVO TIEMPO EN LA PARTICIPACION DE LA MUJER EN LA HISTORIA POLITICA ARGENTINA.

1 de 4

Acaso lo soñaron. Acaso también ellas lucharon por este día: Juana Azurduy, la capitana y heroína del Alto Perú, a quien Belgrano le entregó su sable para pelear en la lucha de la independencia y en la que perdió a sus cuatro hijos y murió pobre y abandonada por el poder rivadaviano; Camila O'Gormann, a quien Rosas ejecutó embarazada bajo presión clarical por haber defendido la libertad de amar; Juana Manso, nuestra primera maestra en los años posteriores a la Revolución de Mayo, gloria de la educación, perseguida, apostrofada y de quien nuestra poeta Juana Manuela Gorriti dijo: "Sin ella nosotros seríamos sumisas, analfabetas, postergadas, desairadas.".

Qué dirían de este domingo las valientes Julieta Lanteri, que exigió en tiempos del Centenario al ministro de Guerra ser empadronada en los registros militares para que le permitieran votar o la segunda médica argentina (Cecilia Grierson fue la primera) Elvira Rawson que montó una enfermería para asistir a los partidarios de Leandro Alem en la Revolución del Parque contra la República oligárquica. Junto con la socialista Alicia Moreau de Justo, Lanteri y Elvira fueron, entre otras, fundadoras del Centro Feminista: impulsaron la emancipación civil de la mujer en 1926 y el sufragio de las mujeres. Qué dirían Alfonsina Storni, y luego Victoria Ocampo y María Rosa Olivier que pelearon contra viento y marea para que el gobierno conservador del general Justo en 1936 no volviera atrás con la emancipación civil de la mujer casada, y fueron sufragistas intransigentes; qué diría Eva Perón, que recogió el guante de toda esta historia y con su poder conquistó en 1947 la sanción del voto femenino, tuvo la libreta cívica número 1, votó a pesar de un cáncer que la devoraba pero a la que no se le permitió ser candidata por la presión militar-ecesial; qué diría Azucena Villaflor, fundadora de las Madres de Plaza de Mayo si no hubiera sido asesinada por la dictadura; qué dirían las obreras de fábricas recuperadas, que pelearon por la defensa del trabajo; las jefas de hogar que mantuvieron en la gran crisis de 2001 a sus familias unidas y a sus hijos educados mientras sus hombres perdían el empleo; las chacareras que aguantaron la producción cuando rendía monedas; las empresarias que llegaron a liderar puestos reservados sólo para hombres. Qué dirán quienes pelearon por la "ley de cupo" para que las argentinas ocuparan cargos legislativos, cuando hoy, por primera vez en la historia, se vota a tres para el máximo cargo ejecutivo.

La peronista Cristina Kirchner, la liberal Elisa Carrió y la socialista Vilma Ripoll conocen este largo derrotero. Han leídos estas biografías, las imitan, las continúan. Las tres reinvidican a las heroínas del siglo XIX; a las sufragistas del siglo XX y a Eva Perón; la lucha por la defensa de los derechos humanos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; a las mujeres que a lo largo y ancho del mundo defienden los derechos económicos y sociales de todos los ciudadanos, y a las que luchan contra toda discriminación. Las tres candidatas a presidenta son, a su manera, feministas convencidas: es decir, creen que no es excluyente ser esposa, madre, profesional y dirigente política. Las tres provienen de la clase media ilustrada. Las tres nacieron luego del advenimiento del peronismo. Tuvieron, las tres, educación pública y también religiosa. Cristina y Vilma vienen de familias políticas mixtas: de padres radicales y peronistas. Lilita sólo radical. Las tres fueron militantes y abrazaron la política para cambiar el mundo. Ninguna de las tres es porteña. Ninguna gobernaría igual. Cristina Kirchner apuesta a un capitalismo con un desarrollo sostenido en la ampliación del consumo y la inversión, con fuerte presencia estatal; Carrió, a un capitalismo que desarrolle la industria pero afloje la presión sobre el agro- "seré la presidenta del campo", dijo- y enfríe gradualmente la economía, con moderada presencia estatal; Ripoll apuesta a una economía mixta con control de los trabajadores, un socialismo criollo. A grandes rasgos, estos son sus modelos, tributarios de las tres grandes marcas ideológicas aggiornadas del siglo XX.

Una sola de las tres estará habilitada para gobernar, según decidan hoy todos los argentinos. Más allá de los resultados, su llegada a esta contienda electoral es, sin duda, una gran noticia.