Argentina: Una pregunta que viene: ¿los ajustes de tarifas entrarán en el pacto social?
Cinco asociaciones locales, con apoyo del exterior, hicieron una presentación.
Ya está dibujado, en el horizonte cercano, un aumento en las tarifas: concretamente, en las domiciliarias de luz. El interrogante que sigue es casi inevitable: ¿decisiones así serán contempladas en un pacto social como el que proyecta Cristina Kirchner? Más que probable, alguien preguntará por eso.
Tal como informó Clarín, la Secretaría de Energía acaba de reconocerle a Edenor una suba de 9,63% en sus costos, que será cubierta a través de un "auxilio financiero" proveniente del PUREE, el sistema que multa los consumos excesivos de electricidad. El punto es que la misma resolución contempla el traslado ulterior al "respectivo cuadro tarifario" de la distribuidora. La fecha prevista es febrero de 2008.
Trascartón, en el sector celebraron la medida como una "buena señal del Gobierno". Más que eso: dan por sobreentendido que aquello que se le acepta a Edenor también se les reconocerá a Edesur y a Edelap, o sea, que se estaría ante la salida del actual congelamiento.
Hasta donde se sabe, la concertación que imagina la candidata oficial no incluye a los partidos políticos: se limitaría al Estado, las organizaciones empresarias y la CGT. En cualquier caso, en la parte que le toca al Estado están las tarifas públicas, aunque tan sólo sea porque pegan sobre los salarios.
Lo llamativo, en simultáneo, es el monto que el Presupuesto 2008 asigna al sostenimiento del sistema energético. Bajo la oscura denominación "Acciones de sustentabilidad del suministro de energía eléctrica", hay previstos $ 4.526 millones: traducido, es la plata que se consumirá en importaciones de gas, electricidad y combustibles o, redondamente, en subsidios.
Pero no sería toda. Algunos cálculos oficiales elevan la factura hasta $ 8.500 millones, para todo el año que viene. Por si no fuera notorio ya, estos números muestran un panorama cada vez más apretado. Y revelan que este invierno hubo cortes a las industrias, con una previsible mayor demanda seguramente los habrá el que viene. En 2007, el gasto en subsidios dobló al presupuestado.
Vuelta al comienzo. Si efectivamente está pensado subir las tarifas, lo que sigue es un delicado equilibrio entre los ajustes y la inflación. Es que cualquiera sea ésta de verdad, viene pisada por los congelamientos dispuestos tras la devaluación. Pisada en la Capital y GBA, porque, sin subsidios, en otros lugares del país el boleto cuesta bastante más caro. Y la luz arriba del doble, en provincias como Córdoba y Santa Fe.
Por la parte que le toca también directamente al Estado, hay quienes creen que entre las variables del pacto social debería incluirse el tipo de cambio. Dicho de otro modo, un horizonte para la cotización del dólar. Tanto porque se trata de una pieza clave del modelo económico y una variable de peso en las decisiones empresarias, como porque resulta un factor de presión sobre los precios. Aun así, tal vez sea mucho pedir que el futuro Gobierno muestre tantas cartas.
Faltos por completo de precisiones -no hay ni siquiera borradores confiables sobre qué contendrá la concertación-, la mayor apuesta de los directivos es que el pacto sea útil para contener las demandas salariales. Omar Maturano, jefe de los ferroviarios de La Fraternidad y aliado de Hugo Moyano, ha dicho que la CGT planteará 20%: parece más un posicionamiento anticipado que un reclamo real.
Operación mediática preelectoral, intento por mostrar que la inflación también figura en la agenda oficial -aunque se la niegue-, el Gobierno acaba de empujar sendos acuerdos para bajar los precios y las tasas de interés. Suenan a muy limitados, a instrumentos de campaña: por eso, tal vez resulte excesivo que se los considere anticipos del futuro pacto social. En cualquier caso, a banqueros y empresarios no se les pasó por alto la omnipresencia de Guillermo Moreno. El secretario de Comercio Interior estuvo en cuanta negociación hubo. "Todo lo hizo él, se lo notó muy fuerte", dicen quienes lo frecuentaron estos días.
Si hasta se comenta que ahora resulta inútil llevarle una inquietud sobre el funcionario al ministro de Planificación. La respuesta de Julio de Vido es: "Moreno ya no me pertenece. Habla directamente con el Presidente. Ya es de Kirchner".
Ante este cuadro, la duda cae sola: ¿prescindirá Cristina de una pieza así, si gana la elección? De alguien que, encima, goza de la entera confianza de Néstor, casi su otro yo. Probablemente, una cuestión para el doble comando.
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