sexta-feira, 7 de setembro de 2007

Kirchner aseguró que Cristina va a cuidar el superávit "a rajatabla"

"Ella me reprocha que gasté mucho en estos años", bromeó ante 1.500 industriales. Hizo un repaso de su gestión y negó que la inversión en obra pública ponga en riesgo la situación fiscal. Al final, se fue ovacionado.

BIENVENIDO.
NESTOR KIRCHNER EXPUSO AYER ANTE LOS INDUSTRIALES.
FUE INTERRUMPIDO SIETE VECES CON FUERTES APLAUSOS.



Alejandra Gallo



El presidente, Néstor Kirchner, pareció elegir el almuerzo, organizado por la Unión Industrial, como el escenario para hacer su discurso de despedida. Con tono calmo, interrumpido en siete ocasiones por los aplausos de los cerca de 1.500 industriales que lo escucharon, hizo varias referencias a la candidata a sucederlo, su esposa la senadora Cristina Fernández.

"Cristina me reprocha que he gastado mucho estos años", sonrió el Presidente en una de esas referencias y aclaró que "ella admite que va a mantener el superávit a rajatabla en el 4% del PBI". En otro encuentro empresario, con IDEA, la senadora-candidata había pronosticado que en el 2008, el superávit fiscal "estaría en niveles similares a los actuales: un 3,12% del PBI".

El gasto público está siendo uno de los ejes principales de la campaña electoral. Ayer, Kirchner fue a fondo en este tema. Pidió: "No creemos ni les crean a los que dicen que una inversión pública, en especial en infraestructura, trae déficit fiscal". Fue uno de los momentos en que le arrancó uno de los siete aplausos a quienes lo escucharon. El CEO de Techint, Paolo Rocca (sin duda, el invitado más poderoso) fue quien disparó, sonriente, la ola de palmas.

Kirchner no fue al almuerzo de ayer con las manos vacías. Anunció que le cederá a la central fabril un predio de 13 hectáreas en Barracas para que haga allí exposiciones industriales a partir del 2010, tal como había adelantado ayer Clarín. "Espero que se acuerden de invitarme para entonces", bromeó Kirchner.

Otro de los aplausos lo generó el propio, Juan Carlos Lascurain (titular de la UIA), cuando el Presidente dijo, en alusión al rol de los organismos internacionales de crédito, "nos gusta la política económica propia y no la impuesta por los demás". Toda la mesa principal siguió a Lascurain con las palmas. Estaban: Ignacio de Mendiguren, Héctor Massuh, Luis Betnaza, y Juan Sacco, entre otros directivos de la UIA; Cristina, el candidato K a la gobernación bonaerense, Daniel Scioli, y el ministro de Economía, Miguel Peirano.

A Kirchner lo acompañó casi todo el gabinete, el único ausente fue el jefe de Gabinete Alberto Fernández y lo escucharon la cúpula de la CGT en pleno y su conductor, Hugo Moyano, se ocupó de generar sus propios aplausos cuando el primer mandatario señaló que "todos los argentinos debemos tener mayor participación en el crecimiento sostenido de la economía".

El embajador de Brasil, Mauro Vieira, debe haber sido el único que se abstuvo de agitar sus palmas cuando el Presidente defendió la aplicación de algunas restricciones arancelarias porque, dijo "se terminó la Argentina ingenua" y cuando destacó que "fue absurdo creer que el país iba a avanzar por el camino de la desindustrialización". El diplomático estaba junto a algunos fervientes aplaudidores: el canciller, Jorge Taiana y la secretaria de Industria, Leila Nazer.

Kirchner no desaprovechó la ocasión para pasar revista a una serie de estadísticas, que repasaron los logros de su gestión. Al final, casi como queriendo sellar un pacto de lealtad futura, los industriales lo ovacionaron de pie. Fue cuando finalizó su discurso y antes de que llegaran las copas del champán para el brindis.

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