Governo brasileiro age para evitar aumento da inflação
Brasil não pode dar subsídio aos produtores argentinos e manter um desabastecimento que provoca aumento de preços na farinha e seus derivados.
No caso do leite e da carne o mesmo motivo recebe a mesma resposta do governo brasileiro, só que neste caso favorecendo Argentina e penalizando os produtores brasileiros.
Agindo assim o governo federal mostra que não permitirá nenhum surto inflacionário e manterá a meta de inflação baixa, fixada pelo Presidente da República e monitorada pelo Banco Central.
A inflação e a carestia prejudicam em primeiro lugar os trabalhadores brasileiros.
Os produtores, argentinos em um caso e brasileiros no outro, não podem impor aumento nos preços na base da forte demanda e baixa oferta. Devem, isso sim, ampliar a produção e compensar no crescimento da venda as margens de lucro.
Luis Favre
Jornal Clarín de Argentina
Brasil libera las compras de trigo y daña a la Argentina
Eleonora Gosman SAN PABLO. CORERSPONSAL
egosman@clarin.com
Brasil va a liberar la importación de trigo de países de afuera del Mercosur. El ministro de Hacienda, Guido Mantega, informó que ya envió una resolución a la Cámara de Comercio Exterior de Brasil (organismo oficial que depende de la presidencia brasileña) para bajar a cero el arancel que grava las importaciones del cereal desde terceros mercados. La medida tiene como principal damnificada a la Argentina que abastece 40% del total del mercado brasileño, lo que le representa un ingreso anual de más de 1.000 millones de dólares.
El equipo económico brasileño considera que al igual que el trigo, también deberá flexibilizar las importaciones de leche y de carne. En estos dos casos, las ventas argentinas son relativamente bajas, del orden de los 100 millones de dólares anuales. Ocurre que en el sector lácteo existe un acuerdo de auto-restricción de exportaciones que Brasil consiguió imponer a sus socios argentinos y uruguayos, principales productores de ese bien dentro del Mercosur. En estos dos rubros, el principal perjudicado será el productor brasileño y los principales beneficiados serán los argentinos y uruguayos que podrán vender con más libertad en el mercado vecino.
Al anular el arancel externo del trigo, que hoy está fijado en 10%, los productores de harina de Brasil podrán importar desde Canadá y Estados Unidos. En realidad, lo que está de por medio es un problema de precios: al abrir las importaciones del cereal desde mercados que subsidian, como el canadiense y el norteamericano, se obliga a los productores argentinos a ponerse en línea con los valores más bajos.
El argumento que esbozaron los privados brasileños es que Argentina suspendió desde marzo envíos de trigo. Eso los habría obligado a comprar a canadienses y norteamericanos a un precio como mínimo tan caro como el argentino. Lo que quieren precisamente es nivelar para abajo deduciendo de las importaciones desde América del Norte el 10% del arancel. El secretario de Comercio Exterior brasileño, Armando Meziat, declaró que "hubo un desequilibrio entre la oferta y la demanda de trigo en el mundo y eso llevó los precios para arriba". El total del consumo brasileño de trigo llegó el año pasado a 10 millones de toneladas anuales; de esa cifra, 4 millones fueron vendidos por los argentinos.
Otros de los argumentos oficiales que explicarían la decisión de bajar a cero los aranceles de alimentos (además de trigo, leche y carnes hay otros tres en vista) es que en Brasil hay un proceso inflacionario.
Clarín intentó ayer recabar informaciones en medios diplomáticos argentinos, pero no obtuvo respuesta. Esta corresponsal no tuvo respuesta. La medida, en sí misma, es violatoria del tratado fundamental del Mercosur que establece la obligación para todos los socios de cumplir estrictamente con el Arancel Externo Común, que es lo que hace del bloque una unión aduanera.
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