terça-feira, 18 de setembro de 2007

Argentina: Religiosos falam sobre AIDS

La Iglesia Católica habla de VIH/SIDA

Días atrás te presentamos la posición de tres distintas religiones en relación a las temáticas vinculadas con el VIH/SIDA. Para eso, Espacio Positivo decidió entrevistar a representantes del Catolicismo, el Judaísmo y el Islam para que conozcas cuáles son sus discursos y opiniones en relación a la problemática. Hoy le damos la palabra a la Iglesia Católica. Y también a vos, para que nos digas tu opinión.

Cuando en la década del 80 comenzaban a aparecer los primeros casos de VIH/SIDA, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) decidió buscar respuestas para esta nueva enfermedad que afectaba a miles de personas en América Latina y el Caribe. Según un documento que fue elaborado en el año 2004 durante un Encuentro Pastoral de Salud sobre VIH/SIDA –realizado por el CELAM en Colombia- el enfoque priorizado por la Iglesia para enfrentar la situación fue la prevención, la salud y la educación. Se propuso entonces tratar al VIH no como un hecho aislado, sino integrado a otros contextos como las adicciones, la violencia familiar, el maltrato y el abuso a los niños, niñas y adolescentes.

Para la Iglesia Católica, el VIH/SIDA daña a la persona en todas sus dimensiones: en su cuerpo, en su vida afectiva, en sus relaciones interpersonales, en su trabajo, en su vida social y en sus valores existenciales. El Padre Alberto Bochatey, Director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina (UCA), acentúa la importancia de reforzar las relaciones humanas para evitar la propagación del virus. Por eso desde el catolicismo creen necesaria una interacción con organismos e instituciones públicas y privadas que prestan servicios de salud y formar profesionales con una visión más humanizada.

Las condiciones de vida que existen hoy en el continente -agregan en el documento- ayudan a que la pandemia continúe propagándose: pobreza, conflictos, desastres naturales, aumento en el uso de drogas, violencia física y sexual, falta de acceso a los servicios de salud, a la información y a la educación; actividad sexual con múltiples parejas e inequidades de género. Y agregan que la diseminación del VIH en la región incluye comportamientos como el de hombres teniendo sexo con hombres y conductas bisexuales que trasmiten el virus a sus parejas en las relaciones heterosexuales; y el uso de jeringas contaminadas para el consumo de drogas.

Ante estos hechos, la Iglesia siente el deber de denunciar y combatir las causas primarias de la pandemia, enfatizando valores como la monogamia, la fidelidad y el compromiso conyugal. El Padre Alberto Bochatey cree que las estrategias de prevención que estimulan el uso de preservativos “deberían promover además métodos naturales para desarrollar el sentido de responsabilidad, apoyo y fidelidad”. Y agrega que un reto de quienes viven con VIH es asumirse como responsables de sus propias vidas. Sin embargo, en el caso en donde uno de los miembros de la pareja es seropositivo, el documento elaborado durante el Encuentro Pastoral manifiesta que ambos son responsables de prevenir la infección al otro, para que su unión no sea destruida a causa del SIDA.

Si bien la religión católica recibió diversas críticas en relación a su postura frente al virus -y aún muchos se quejan de que promueven medidas de protección que no van en sintonía con el mundo actual-, Bochatey señala que ”no existen personas con VIH que se hayan infectado siguiendo los consejos de la Iglesia”, y remarca que el catolicismo no obliga a nadie a seguir sus recomendaciones. Mientras tanto, están de acuerdo con la implementación de una enseñanza sobre educación sexual en las escuelas, donde se brinde una información veraz y actualizada del comportamiento del VIH y sus vías de transmisión para poder, así, fortalecer las medidas de prevención.

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