domingo, 9 de dezembro de 2007

La economía que recibirá Cristina Kirchner, un manto de tranquilidad y expectativa

Clarín | Las cuentas públicas gozarán durante 2008 de buena salud. El reciente aumento a las retenciones al agro, el petróleo y la minería generan alivio. Sin embargo, hay compromisos por intereses de la deuda. Y se espera un pago de 6000 millones de dólares el Club de París, que no se haría todo junto el año próximo.

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Las claves

1) Los números acompañarán a Cristina Kirchner, al menos durante 2008. Solo en concepto de retenciones al agro y al petróleo el Tesoro se asegura unos 7 mil millones de pesos anuales. Y se sumó un nuevo Impuesto a la minería, que dejaría otros 800 millones más.
2) El desafío de aumentar la inversión y controlar el aumento de precios marcarán la agenda inmediata. El primer paso sería saldar la deuda con el Club de París por unos 6000 millones de dólares. Y se espera, por otro lado, que se le devuelva la confianza al Indec.
3) Kirchner deja atrás 4 años con resultados incuestionables en materia económica. Bajó el desempleo a un digito, mejoró-tenuemente- la distribución del ingreso, y descendió la pobreza y la indigencia. Sin embargo, en materia social, las deudas pendientes siguen latentes.

Los números acompañarán a Cristina Kirchner. Al menos, eso pronostica la mayoría de los economistas que suelen evaluar el estado de la salud de las cuentas públicas, más allá de su variante ideológica. También, reina una coincidencia: este viento de cola deberá aprovecharse para poder pasar eventuales coletazos, algo que por cierto no estuvo ausente en la historia político-económica del país más reciente.

En este contexto de buenos brios, el aumento de la inversión aparece como el principal desafío para la gestión que viene. Y que comandarán, al unísono y con diferentes dosis de influencia, la propia Cristina, el saliente jefe de Estado, Néstor Kirchner, el futuro titular de Hacienda, Martín Lousteau, el ministro de Planificación, Julio de Vido y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Lo que se pretende es que la inversión, que hoy ronda el 23% del PBI, crezca 3 o 4 puntos. Y se lanzarán a principios de año algunos instrumentos en ese sentido, como una garantía para que las compañías no sean afectadas por la volatilidad de tasas de los préstamos. También se espera el nacimiento de un nuevo banco de desarrollo que presidiría Miguel Peirano.

La decisión del Primer Mandatario durante sus últimas semanas en el poder fue contundente. Dejarle las arcas llenas a su sucesora fue una de sus obsesiones. Los anuncios de sendos aumentos a las retenciones de semillas y el más reciente a los combustibles, le permitirán al Tesoro sumar unos 7 mil millones de pesos anuales, lo que marcará una presión impositiva récord, al superar el 27%.

A eso, hay que sumarle unos 250 millones de dólares anuales por impuestos a las exportaciones mineras, decisión que se adoptó mediante una resolución de la propia secretaria de Minería que les quitó a 14 empresas (la mayoría de países extranjeros) los beneficios fiscales que se les habían concedidos por ley en 1993. Las retenciones irían del 5 al 10 por ciento de metales en bruto, y lo que recaude el Gobierno –al igual que con las semillas y el petróleo- dependerá de los precios internacionales, en pleno crecimiento en estos momentos.

Por su parte, la reforma en el sistema jubilatorio permitió el traspaso de 1 millón de aportantes de las AFJP al sistema de reparto oficial. De esta forma, los que antes aportaban a las AFJP ahora lo hacen al ANSES y ello implica una mayor recaudación de 1.700 millones de dólares anuales (0,6% del PBI).

Los mayores ingresos -que incluso serían más amplios de los previsto teniendo en cuenta que el precio de la soja, el trigo y el maíz siguen disparándose- le marcarían un terreno despejado a la presidenta electa. La disyuntiva que se plantea es si esto se aprovechará para ir hacia una gradual desaceleración del gasto público. Por lo pronto, se conoció esta semana que un aumento en el transporte público urbano de alrededor del 20 por ciento se tomará en enero, lo que le permitirá al Gobierno dejar de pagar en concepto de subsidios a ese rubro unos 600 millones de pesos. Este sería el antecedente inmediato para nuevos ajustes tarifarios en otras áreas.

Por otro lado, la estabilidad del dólar es otro tema de particular interés. No hubo ninguna señal precisa de la conducción que vendrá luego del 10 de diciembre de que se terminará con el dólar por encima de los 3 pesos, y en una curva que no iría mas allá de los $3,20/$3,40 –esto indica el Presupuesto 2008, en efecto. Para el caso, son las reservas del Banco Central (BCRA), donde continuará Martín Redrado, las que podrían garantizarle al Gobierno previsibilidad respecto al valor del peso. En la semana previa a la asunción de Cristina la entidad cuenta con más de 45 mil millones de dólares en reservas.

Claro que, del otro lado, estarán presentes los compromisos. Además de las renovadas demandas en infraestructura, especialmente en áreas energéticas, hay vencimientos que deberán cumplirse. El país necesitará unos 7.000 millones de dólares para cumplir con todos los compromisos de 2008, un valor que en este panorama no resulta preocupante. Pero en 2009, como adelantó Clarin, tendría que conseguir 11.000 millones de dólares más y allí las condiciones no resultan tan claras.

Por otro lado, para destrabar inversiones y volver a ubicarse dentro del escenario internacional –una de las prioridades de Cristina-, habría que desembolsar 6000 millones de dólares para saldar la deuda con el Club de Paris. No obstante, esta deuda no se pagaría toda junta el año próximo. Y habría que tener en cuenta la posiblidad de que se reabra el canje de la deuda, donde la Argentina podría necesitar unos 2.500 a 3.000 millones de dólares más por año.

Por otro lado, el Gobierno seguirá de cerca lo que ocurra con el aumento de precios –el objetivo es que las cifras oficiales no superen bajo ningún aspecto los 12 puntos anuales-, e ir a un marco de negociaciones salariales en paritarias con los ánimos templados y con "racionalidad de ambas partes". Todo indica que el sindicalismo en toda sus variantes no esta dispuesto a bajarse de los 20 puntos, pero aún resta un tiempo prudente para junio de 2008.

Lo cierto es que desde la asunción de Néstor Kirchner, en aquel día patrio de mayo de 2003, el PBI creció más del 38 por ciento, y se ira dejando una tasa de desocupación del 8,1 por ciento. Además, las cifras del INDEC muestran que hay un 30 por ciento menos de pobres y un 20 por ciento menos de indigentes. Y la brecha de ingresos, que muestra la distribución de la riqueza, bajó de 56 a 30 por ciento. Por otro lado, las cifras son medidas por una entidad cuya credibilidad atraviesa un delicado momento. Su renovada confianza, así como los nuevos métodos de medición que prometen más fiabilidad, serán nodales para sincerar los precios y las tasas de inflación.

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