segunda-feira, 8 de outubro de 2007

Una ex guerrillera y ministra del Gobierno brasileño se postula como sucesora de Lula

JUAN ARIAS - Río de Janeiro

El País

La ministra de la Casa Civil (Secretaría) del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, Dilma Rousseff, de origen alemán, ex guerrillera durante la dictadura militar en los años 60, presa durante tres años y víctima de torturas podría ser la sucesora de Lula.

De ser así, sería la primera mujer que llega a la presidencia de Brasil. Según los analistas políticos, Lula, al convertirla en ministra de la Casa Civil, en su brazo derecho y al haberle también encomendado su gran proyecto económico, el PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento) con un presupuesto de 500.000 millones de reales (196.134 millones de euros) hasta 2010, la ha catapultado a ser la candidata natural a su sucesión, ya que su formación, el Partido de los Trabajadores (PT), tras la crisis de 2005, cuando a causa de los escándalos de corrupción tuvo que dimitir la plana mayor, no tiene en este momento un candidato capaz de recoger la herencia de popularidad de Lula.

Sólo la ex guerrillera, que sucedió a José Dirceu, considerado como el primer ministro de Lula y que tuvo que dimitir acusado de ser el presunto responsable del escándalo de soborno a los diputados, podría tener la fuerza electoral para obtar a la sucesión del ex sindicalista. Lula ya ha afirmado que no será neutral en las elecciones de 2010 y que hará campaña en favor de “su candidato”, cuyo nombre conserva in pectore, como hacen los papas con algunos cardenales.

Hoy todos saben que en 2010 será casi imposible que se elija como sucesor de Lula a alguien “contrario a él”. Tendrá que ser un candidato que él bendiga. Todo indica que Lula quiere una mujer, en la línea de Chile y Alemania y de las candidatas de Argentina y Estados Unidos.

Rousseff está considerada como una gran administradora, austera, directa, a la que hasta los ministros varones le tienen un cierto miedo. Pero es su pasado lo que le confiere un aura especial: su lucha por la democracia y contra la dictadura. Fue líder, junto con su compañero de entonces Carlos Franklin, con quien tuvo su única hija, de uno de los mayores movimientos terroristas de los años 60, la Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares.

Fama de dura

El jueves pasado, Rousseff, aguantó el tipo durante un bombardeo de preguntas que duró varias horas en la redacción del diario Folha de São Paulo. La sorpresa para los periodistas, según escribió una de las columnistas del diario, Eliane Cantanhéde, fue que la ministra se reveló como “un personaje político, calculadamente político” y con sentido del humor. Hizo reir a la redacción cuando, hablando de la fama que tiene de dura, dijo: “Nunca he visto que digan de un político [hombre] que es duro”. Rousseff sorprendió al defender dos banderas contrarias a su partido, el PT: la liberalización del aborto y el matrimonio entre homosexuales, considerando que se trata de “cuestiones de salud pública”.

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