“Qué porquería, los peronistas”
Con la candidatura de CFK (Cristina Fernández de Kichner) reverdeció un antiperonismo tan violento como no se había visto en medio siglo. La atroz intimidad de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares ayuda a entender ese mecanismo, en el que el odio prevalece sobre el humor y que sumió al país en el espanto. El apoyo a los fusilamientos de 1956 y la abominación por cualquier manifestación popular, desde José Hernández o Gardel hasta Pascual Pérez, “ese peronista inmundo”.
Por Horacio Verbitsky
Un brote de intemperancia como no se conoció en el país en medio siglo saludó el lanzamiento de la candidatura presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, quien en su primer discurso proselitista dijo que se identificaba con la Evita del puño crispado y el rodete y no con el hada buena que amaba su madre.
La semana pasada, al cumplirse 55 años de su muerte, Eva Perón fue presentada como una mujer que, debido a su pasión por Perón y por los humildes, recibió el desprecio de ciertos de sus contemporáneos. En algunos casos esos ditirambos fueron pronunciados por personas que hoy no pueden sacar la vista del reloj, el atuendo o la cartera de CFK (Cristina Fernandez de Kichner) y que se indignan al hablar de ella, del presidente Néstor Kirchner o del secretario general de la CGT, Hugo Moyano.
Los capítulos del diario de Adolfo Bioy Casares dedicados a su colega y amigo Jorge Luis Borges (1) constituyen un material interesante para estudiar los mecanismos irracionales del odio que la oligarquía argentina y las clases medias que se identificaban con ella sentían por todo lo que tuviera que ver con el ex presidente Juan Perón. Es apabullante el contraste con la sutileza y el humor delicioso con que ambos grandes escritores tocan casi todos los demás temas.
Lea aqui, no jornal Página12 (Argentina)
Nenhum comentário:
Postar um comentário